Sangre y Censura
Rupi Kaur es una joven poeta y artista visual de origen pakistaní, que vive en Canadá, y cuyas obras han generado grandes impactos en las redes sociales. Kaur se define como feminista y ha sido reconocida internacionalmente después de publicar una serie de fotografías en su cuenta de instagram en las que aparecía menstruando.
Con el nombre de “Period” compartió seis fotos que reflejan la naturalidad de sangrar. Sutiles pero contundentes, sus imágenes desencadenaron un sinnúmero de reacciones, y fue censurada en esta plataforma. Este trabajo lo desarrolló como parte de un ejercicio académico, en su formación como artista visual, cuya pretensión conceptual era la de narrar un suceso cotidiano haciendo uso únicamente de fotos; pero el alcance que obtuvo fue mucho mayor de lo esperado y en poco tiempo la noticia fue cubierta por grandes medios de comunicación como la BBC, frente a la que realizó la siguiente declaración:
"Gracias Instagram por darme la respuesta que motivó mi trabajo. Habéis borrado dos veces mi foto alegando que va contra las normas de la comunidad. No me disculparé para no alimentar el ego y el orgullo de una sociedad misógina que prefiere ver mi cuerpo desnudo pero no acepta una pequeña mancha. Sobre todo porque vuestras páginas están llenas de imágenes de mujeres, muchas de ellas menores, cosificadas, sexualizadas con intenciones pornográficas y tratadas como algo menos que seres humanos. Gracias".⠀⠀
Aunque la plataforma Instagram se retractó de censurar dicho contenido , el rumor de veto había traspasado fronteras y convocado a muchas voces. La exposición del cuerpo femenino parece ser “tolerable”, siempre y cuando sea un cuerpo que cumpla los estándares estéticos predominantes en una sociedad androcéntrica, cuerpos embellecidos o sugerentes, que estén en sintonía con el concepto deseable o normalizado, pero cuando un cuerpo “ revela” su humanidad sin ningún propósito erótico o comercial ( piénsese en los cuerpos que sudan en las publicidades de elementos deportivos, por ejemplo) está franqueando los límites y acercándose al tabú.
¿Cuál es el propósito al mostrar este tipo de imágenes? Varios de los comentarios que aparecieron en la red social hacían alusión a la innecesaridad de evidenciar los procesos naturales fisionómicos, con declaraciones como :
“No es tabú, es privacidad, una cosa es que todo el mundo sepa que manchamos las sábanas, otra muy diferente es que lo vean".
Para mí, si es natural como ir al baño, entonces se haría un proyecto fotográfico de personas "cagando"? ¡O sea ni al caso!, Eso es íntimo y en estas épocas manchar la ropa y las sábanas no es natural: ¡es fodonguería!".
"¿Qué sigue? ¿Fotografias de pañuelos con mocos?
Me pregunto cómo es que nos resulta tan molesta la exposición de los ciclos y necesidades naturales del cuerpo, y por qué no nos resultan incomodas, antinaturales y hasta ofensivas las representaciones fabuladas, perfeccionistas y abiertamente irreales del mismo. Vemos constantemente portadas de revista donde los rostros de las mujeres han sido modificados, no se perciben los poros y en muchas ocasiones los rasgos nisiquiera parecen humanos, pero podemos admirarlos, soñamos con la idea estética y estática de lo perfecto, nuestra vulnerable humanidad ansía la idea de lo eterno y controlado, los dioses no van al baño, las diosas no menstrúan.
Estremecedoras las reacciones que pueden suscitar situaciones tan corrientes como la de cambiarnos la toalla, bañarnos mientras sangramos, manchar las sabanas, observar el agua colorearse de rojo… Rupi las retrató con delicadeza pero sin adornos, nada grotesco ni nauseabundo hay en su trabajo, el rechazo deviene de lo humano. Hombres y mujeres compartimos la expulsión de orina y heces, pero la sangre menstrual es un asunto únicamente femenino, ponerlo de manifiesto genera convulsiones, incluso para muchas mujeres que siguen considerando su periodo como una maldición digna de ocultar, o mucho más violento, como una dimensión humana que no tiene nada que decir sobre nuestra historia personal y la percepción colectiva.
"Sangro cada mes para ayudar a que la humanidad sea posible. Mi vientre es el hogar de lo divino. Una fuente de vida para nuestra especie. Tanto si elijo crearla o no, pero muy pocas veces se ve de esta manera. En las civilizaciones antiguas esta sangre era considerada sagrada, en algunas todavía lo es, pero la mayoría de la gente, sociedades y comunidades rechazan este proceso natural. Algunos parecen estar más cómodos con la pornificación de las mujeres, la sexualización de las mujeres, la violencia y la degradación de la mujer. Ellos no expresan su disgusto sobre todo eso, pero están enojados y molestos por esto. Menstruamos y lo ven como algo sucio, búsqueda de atención, enfermedad, una carga. Como si este proceso fuera menos natural que respirar. Como si no fuera un puente entre este universo y el último. Como si este proceso no fuera amor, labor, vida, desinteresado y sorprendentemente hermoso” Rupi Kaur
Leche y Miel es otro trabajo elaborado por esta artista, un poemario intimista en el que se retrata la feminidad desde una perspectiva honesta y conciliadora. Kaur se ha convertido en un referente posmoderno de liberación y creación de contenidos profundos y bien elaborados en torno al cuerpo de las mujeres. Poniendo de manifiesto valores y conceptos que deberían ser el pan de cada día, nos recuerda la serena belleza de los ciclos, la tranquilidad que reside en no intentar ser maniquíes, la capacidad de reinvención y reconstrucción emocional que vive en cada una de nosotras.
La periodista Linda Morrir traduce algunos de los textos de este libro, en el que de manera tangencial vuelve a aparecer el tema de la menstruación.
Entrevistas y notas sobre la autora