Fluxus, poemario
“¿Para qué la introspección? ¿Para qué ver en lo oscuro?”
Estas preguntas en verso hacen parte de Fluxus, el trabajo poético de la escritora brasilera Cristiane Grando.
Cuando me acerqué a su obra y específicamente a este libro, que fluye y palpita con tonalidades rojas, me encontré con un lenguaje donde la fuerza, el desprendimiento, las cuestiones acerca de habitar un cuerpo femenino y atravesar la existencia con un alma sensible, daban vida a una serie de poemas que resultan como un temblor para quien lee.
Seducida por el nombre y el contenido de su poemario, quise encontrar destellos de la sangre en sus versos. A continuación comparto una breve entrevista que pude realizarle a la autora de Fluxus:
¿Cómo aparece Fluxus en su obra poética?
Fluxus fue escrito en una habitación de hotel durante el VI Encuentro de Culturas del Sur del Mundo, Castro-Chiloé, Chile, en septiembre de 2004. Me invadieron versos que salieron en un fin de tarde, yo enferma de gripe en la cama, escribiendo a mano en una libreta, en un flujo. Casi todo el poema salió listo aquel fin de tarde y entrada de la noche, escribiendo con poca luz y al final prácticamente sin luz. Escribiendo “en el casi-oscuro del cuarto”. La creación literaria al escribir en el extranjero toca la experiencia geográfica. Mi libro Caminantes, escrito en Francia, refleja “el amarillo y el rojo [que] invaden el verde/ de las hojas de viña/ en otoño”, o el río Sena en la “belleza […] del cielo sobre un barco”, o cuando “yo te veo en el río, padre mío/ agua-viento que me baña en un sueño mágico”. La geografía de las cordilleras, que viví en mis varios viajes a Chile y Argentina, dentro de la Cordillera de los Andes, en ómnibus, o en vuelos sobre los infinitos paisajes de nieve de sus cumbres, me permitió escribir Fluxus, en portugués, estando en la isla de Chiloé:
tengo miedo a los terremotos; soy la hija de esos movimientos que viven desde siempre en mi paisaje
I
¿piensas que estoy hecha de carne, huesos, sangre?
no
soy viento, lluvia, fuego, nada
( fragmento de Fluxus, traducción de Leo Lesbos)
¿Qué relaciones tejen estos versos en torno a la experiencia menstrual y a la corporalidad femenina?
Cuando escribí “Fluxus” no pensaba ni en la cuestión femenina ni en la experiencia menstrual. Fue Geruza Zelnys de Almeida, como crítica literaria, quien me hizo tener consciencia de que yo había escrito un largo poema que retrataba estas cuestiones. Cito un fragmento de su texto “FLUXUS: El discurso flujo-menstrual en la poesía de Cristiane Grando”, que fue publicado como “posfácio” de la primera edición de este libro, con traducción de Leo Lobos:
“Fluxus no es, por tanto, un discurso de la mujer sobre sí y el mundo, sino que es la mujer en discurso, dejando caer poco a poco su liquidez febril sobre la hoja blanca y suave del papel. Así, el poema se asemeja a la mujer que, en sí, sale de sí y penetra en sus pensamientos.
“Cristiane Grando – como fotógrafa que es, tal vez por eso es tan sensible al aspecto visual de su texto – no se intimida de su poema-sangre, que llueve rojo sobre la fina página. Y no podría, porque la poeta no incomoda al lector con dolores o descripciones menstruales, pero construye un flujo menstrual poemático que parte del útero artificial heredado de Zeus.
Es, por tanto, lo menstrual del propio poema, apuntando para el inevitable ciclo de la creación femenino-poética. Por eso, el poema es más libertario que prisionero y menos erótico que inaugural. Su fuerza habita el reino de lo sensible y su sensibilidad se abriga en la estructura dócil y sonora de los versos irregulares.
[…]
Náuseas, sonidos, calor y sudores desfiguran la idea obligando a la experiencia amorosa, poética y menstrual a mezclarse y transformarse las unas con las otras, tornando la explosión de hormonas en un todo armónico y homogéneo:
‘marmuertemar’
[…]
“Evidentemente, Cristiane Grando conoce la responsabilidad que – ‘como un grito en la noche’ – recae sobre ella. Un libro como Fluxus no será una ‘casa abandonada’ después de la primera lectura, porque no es construido solo de ideas. Fluxus es un discurso-poema hecho de sangre que, al derramarse sobre el papel, deja ‘cicatrices’ profundas esculpidas en el silencio.”
“Fluxus” y otras obras de Cristiane Grando en: http://cristianegrando.blogspot.com.co/
IV sangre veo solamente sangre
y lluvia
( fragmento de Fluxus, traducción de Leo Lesbos)
¿Para qué la poesía, y específicamente para qué la poesía que se ocupa de nombrar lo femenino?
La poesía siempre. Como el aire. Sin él, no podemos vivir. No importa la temática. Lo que importa es la poesía. Escribirla. Vivirla. Y cuanto más variado se escriba, como forma o contenido, mejor. Aunque se desarrolle un estilo, marca de la escritura de cada autor, es más complejo y dinámico no repetirse. En otras palabras: cada poema es un ser; cada obra, un libro distinto a los anteriores. Como seres humanos, los textos son únicos.
Nombrar es esencial en literatura. El poeta es aquel que sabe nombrar, lo que no es nada sencillo. Usar con precisión las palabras y los sonidos. Si uno es mujer, la escritura tiene gran probabilidad de que lo femenino sea nombrado. Así como cualquier otra cuestión que se viva con interés e intensidad.
XI escribo para ser porque estoy y aún corre el rojo de la vida
( fragmento de Fluxus, traducción de Leo Lesbos)
Cristiane Grando (Cerquilho, São Paulo, Brasil, 1974) es poeta, fotógrafa, traductora e investigadora. Laureada UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Gestora del espacio cultural Jardim das Artes, Ciências e Educação (Cerquilho-São Paulo-Brasil). Autora de Caminantes: poesía en francés, portugués y traducida al español por Leo Lobos (Santiago, 2003) y de Fluxus, poesía, 2005. Defendió magíster y doctorado en la Universidad de São Paulo (USP): estudios de la obra y de los manuscritos de Hilda Hilst. En la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), desarrolla post-doctorado sobre crítica genética y traducción de Hilda Hilst para el francés, además de realizar un trabajo de difusión de la obra hilstiana en Francia, Chile, Perú y Argentina, junto a los poetas Claire Bustarret, Espérance Aniesa, Francisco Véjar, Raúl Artola, Leo Lobos, Reinhard Huaman Mori y Cinthya Torres.
Fotografías del archivo personal de la autora